(Buenos Aires, 1976)
Soledad Belcuore es artista visual cuya práctica se despliega en una constelación de lenguajes que incluye la escultura, el arte textil, el objeto, la instalación, la performance y el video. Su obra se sitúa en la confluencia entre lo simbólico, lo material y lo afectivo, con una marcada preocupación por los vínculos entre cuerpo, territorio, naturaleza y memoria.
Formada en las escuelas públicas de arte y en múltiples talleres de escultura, pintura, arte textil y clínica de obra, Belcuore integra una genealogía de artistas que asumen la creación como un acto vital, pedagógico y político. Su producción está atravesada por ejes persistentes: los derechos humanos, la ancestralidad, la infancia, el contacto y el encierro, los bordes y los límites, la depredación ambiental y la posibilidad de construir narrativas reparadoras a través del arte.
Desde hace años, Belcuore incorpora a su práctica materiales recolectados en caminatas por entornos urbanos y naturales: barro, madera, fibras vegetales. Esta elección no es meramente formal sino que responde a una ética de atención, de escucha del territorio y de inscripción de lo corporal en la materia. Su aproximación a lo escultórico no es monumental ni heroica: por el contrario, dialoga con lo íntimo, lo precario y lo poroso.
En su recorrido expositivo, ha participado en espacios como el Centro Cultural Rojas, el Museo de Arte Moderno de Villa La Angostura, el MAMBA, la ex ESMA y La Gran Paternal, entre otros. Es además integrante del colectivo Monumenteo a la Mujer Originaria y ha sido parte de acciones performáticas como “Abuela Maíz”, “Atoj”, “La Nueva Piel” y “Como es arriba es abajo”, donde la corporalidad se convierte en vehículo de memoria y ritualidad. Actualmente es parte del Taller Musgo en La Gran Paternal.
Santiago Cancion (2025).
Quedar en carne viva. Sensación de vacío, de desconocimiento de mi misma. Cambiar la piel -como una araña- descubrirme y hacerme otra. Otra entretejida, en un un acto profundamente íntimo; y a la vez, otra rescatada, otra sostenida por ese organismo-cuerpx colectivo y enorme que forma red. Tela de araña. Amorosidad. Sentirme empática, queriendo y querida, sensible a esas nuevas tensiones, texturas, roces. Empezando a coser esta nueva piel inseparable de las otras. Salir del aislamiento. Afectada. Parte Volver a construirme, a partir de una experiencia traumática. Cambiar de vida. Ser otra, encontrar los nuevos limites, sensaciones, miradas, sentires, desde esta nueva piel. Acto que no puede darse sin la ayuda y sostén amoroso de les amigues, vecines, amores, taller, grupos de estudio, sin otres. Crear esta nueva piel y habitarla con otres, en contacto y permeabilidad permanente . Tejer/coser/hacer, con hilos, con te, con sororidad, con borde y desborde. De todos esos ingredientes surge la piel nueva. El órgano mas grande del curpx.
Soledad Belcuore (2023)